La incertidumbre que enferma al pueblo
- Manuel Appendini
- 16 ago 2017
- 5 Min. de lectura

“Yo creo que ya tengo plomo en la sangre. Nos hacen exámenes cada seis meses, nos sacan sangre y de orina y todo lo que deben hacer en un examen general, pero el resultado ahí se queda, nunca te hablan para enseñarte los resultados. Todo el expediente se lo guardan y si vas a preguntarles se molestan”, es el testimonio de Darío, un trabajador de Minera Frisco.
A Asientos lo enferma la duda. Sus pobladores viven con los ojos llorosos y rojos, con dermatitis en la piel y enfermedades respiratorias provocadas –presuntamente– por las tormentas de polvo provenientes de la mina. Hay quienes afirman que han nacido bebés con malformaciones y otros creen que pueden tener plomo en la sangre.
De todos los padecimientos culpan al recinto minero de Frisco, pero hasta ahora poco ha sido comprobado.
A través de una solicitud realizada vía transparencia por Newsweek Aguascalientes al Instituto de Salud del Estado de Aguascalientes (Issea), en donde se solicitó el número anual de pacientes diagnosticados con enfermedades respiratorias, dermatitis, anemia y leucemia (síntomas de plomo en la sangre), en centros de salud de los 11 municipios de Aguascalientes, de 2008 al 31 de mayo del 2017; se encontró que tanto Asientos como Tepezalá, se han mantenido en estado medio y alto en cuanto a las enfermedades antes mencionadas.

*Elaboración propia con datos de la respuesta a la solicitud de transparencia y cantidades actualizadas cada año del censo de población.
Una de las explicaciones de la falta de información, es que el Centro de Salud Rural de Asientos no cuenta con un laboratorio especializado en diagnosticar algunos padecimientos, como por ejemplo, plomo en la sangre.
“El polvo en sí está relacionado con una enfermedad que se llama Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). De la gente de aquí el primer lugar de padecimientos son enfermedades respiratorias por la contaminación. Con plomo en la sangre hay que medirlo, y nosotros no tenemos laboratorio para hacer eso, sospecho que es porque el Centro de Salud se enfoca más a los programas de mujeres embarazadas y adultos mayores”, dijo en entrevista Criserio Oropeza, doctor del Centro de Salud Rural del municipio.
Para Lorenzo Martín Carrillo Lara, presidente municipal de Asientos, el tema no es desconocido. Según afirmó en una entrevista realizada por Newsweek Aguascalientes, hace dos meses se inició con un programa de monitoreo para establecer las razones de los padecimientos. Actividad que se realiza en coordinación con el Issea y del cual se recibirán informes en los próximos meses “para descartar cualquier situación de algún efecto secundario que pueda tener la operatividad de la mina”.
“Se estableció un plan de trabajo en torno a salud, con el fin de prevenir situaciones que puedan darse en torno a la posible contaminación, en el cual ellos tienen un monitoreo permanente en lo que es el Centro de Salud, además de un monitoreo en cuanto a calidad del agua, ambos realizados por el Issea permanentemente para descartar alguna situación que pudiera darse, hasta el momento no ha habido tal situación. Ningún reporte que alarme a la población”, dijo el alcalde que asegura no tener acceso con los altos ejecutivos de Frisco.
Una mina de expedientes guardados
Para los trabajadores de Frisco el panorama es diferente. A ellos la empresa les realiza cada seis meses exámenes médicos generales cuyos resultados nunca les son entregados, aseguraron algunos de ellos en entrevista.
Estos exámenes van desde la prueba de antidoping, hasta revisiones en ojos, oídos, pulmones y sangre.
Diversos testimonios recabados para esta investigación indican que al interior de la mina existe una unidad de servicio médico en donde son atendidos los mineros para no generar estadísticas en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que afecten a Frisco, aseguraron los entrevistados.
Cuando sufren algún tipo de accidente mayor, los trabajadores son atendidos en clínicas particulares pagadas por la empresa.
“Yo tengo un amigo que trabaja en la mina, le dicen que los pulmones se le están encogiendo, tiene como siete años trabajando ahí. El anda metido directo en donde están los reactivos, dosificando todos los metales. Otro se intoxicó, lo tuvieron como dos horas con no sé, suero o no sé que le hayan puesto ahí en el servicio médico de adentro de la mina, dicen que no se intoxicó pero pues, ¿entonces porqué duró tanto ahí? El muchacho que se intoxicó le pasó eso porque le quedaba grande la mascarilla y se estaba muriendo, él nos platicó.
“Cuando pasan accidentes así, para no quedar mal ellos lo atienden ahí dentro, lo llevan a un médico privado y así no hay informes oficiales de nada”, contó Darío, quien lleva 10 años trabajando para la empresa de Carlos Slim.
En Asientos la mina parece haberse comido al pueblo. Con él también se ha llevado la vida de algunos mineros, como los dos trabajadores –no oriundos de Aguascalientes– que fallecieron en 2015 a consecuencia de un deslave.
“Ellos tienen hasta ambulancias, llegan ahí y si te estás muriendo te sacan, van dos o tres que se han muerto así. El año pasado murieron dos, uno de ellos se cayó de una altura como de 70 metros, creo que no era de aquí de Asientos, lo sacaron vivo y se murió en el camino a Rincón, eso dicen ellos, pero yo lo vi y estaba muerto. Ellos limpian y se acabó, el trabajo sigue, ahí nadie es indispensable”, agregó Darío.
La amenaza de perder el trabajo si hablan de lo que ocurre al interior del recinto minero de Frisco, es un miedo con el que se vive en Asientos. Para hablar con los trabajadores había que llevarlos al interior de una casa en el municipio a la que Newsweek Aguascalientes tuvo acceso, a fin de evitar que fueran vistos por los ejecutivos de Frisco.
El doctor Criserio López sabe del temor de los mineros. Dice que no trabajan con la seguridad necesaria y que sus casos no son reportados para que no pierdan el trabajo por el que ganan de mil 200 a mil 500 pesos semanales.
“Voy a contarte las cosas que pasan en la mina de boca de los propios pacientes, no se reportan los casos porque los corren. Sí vienen a atenderse pero no se reporta su caso. Ahí dentro no tienen el equipo de seguridad adecuado.
“Por ejemplo, uno me contó que se vino la tierra y lo aplastó y le provocó lesiones. Yo le pregunté que si le habían dado incapacidad y dijo que no, y que lo habían llevado a hospitales privados y aunque ellos tienen derecho a IMSS eso hace que se forme una estadística y la mina no quiere eso porque le va mal. Tienen lesiones desde heridas y fracturas, se llaman policontundidos.
“Si pasas por ahí y ves la forma en cómo está el cerro con una carretera ahí, ese cerro se puede venir abajo con un deslave. Están trabajando de una forma que no es segura. Aquí a un chavo lo atendí por una cefalea. Le pregunté que qué había pasado, que si había trabajado en el sol, y me dijo que trabaja donde se vacía un químico para que se separe el mineral y huele muy feo, y que sí tiene la mascarilla pero no se cambian el filtro las veces necesarias. Los trabajadores adentro de la mina manejan muchos químicos, esos químicos pueden ocasionar desde neoplasias a nivel renal, porque es por ahí por donde se elimina el químico, así como tener la temperatura alta por estar expuestos a tipos de radiación o problemas de audición por el ruido”.
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