Contra la mina, ni Dios
- Manuel Appendini
- 16 ago 2017
- 2 Min. de lectura

La minería llegó a Asientos antes que Dios. Don Diego de Ibarra explotó la primera veta descubierta en el pueblo, Santa Francisca, en 1548. Más tarde, en 1620, los frailes franciscanos edificaron su convento de visita casi a las faldas de la mina que compartía el nombre con su patrono San Francisco de Asís, el santo católico protector de la ecología.
Con el tiempo evolucionaron las técnicas de extracción. Como campanadas que llaman a misa, las detonaciones en las entrañas ‘Santa Pancha’ se apropiaron de un horario: todos los días, minutos después de las 3 de la tarde, puede oírse una explosión.
A punto de cumplir cuatro siglos y habiendo conservado una buena parte de la construcción original, el ex convento y santuario del Señor del Tepozán resintió.
“En agosto de 2013, la delegación del INAH en Aguascalientes cuyo delegado era el Dr. Víctor Manuel González Esparza detectó que las detonaciones realizadas por la Mina Santa Francisca de la empresa Minera Real de Ángeles -filial de Minera Frisco- estaban afectando al antiguo Convento del Señor del Tepozán, por lo que se le solicitó a esta empresa que detuviera las detonaciones y se encargara de realizar los trabajos para subsanar los daños”, respondió por escrito la delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Pese a que dictaminó el proyecto presentado por Real de Ángeles, el Instituto no informa el monto de la inversión que la empresa hizo en la restauración. El portal Linterna Minera, especializado en noticias del sector, publicó el 5 de abril de 2016 que la empresa de Carlos Slim destinó más de 7 millones de pesos al proyecto.
La restauración concluyó en marzo del año pasado y fue inaugurada por el entonces gobernador Carlos Lozano, representantes de la iglesia católica y de Minera Frisco.
“Siguen haciendo detonaciones y el templo se cimbra, pero hay intereses económicos más arriba de uno. Mejor tenerlos como amigos”, respondió el párroco Manuel González, responsable de la Parroquia de Nuestra Señora de Belén, cuando se le solicitó entrevista acerca de la restauración que se completó en 2016.
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